martes, 13 de noviembre de 2018

Contigo Señor Dios Padre… 26 de septiembre de 2018.


Señor mío y Dios mío, aquí estoy rendido a tus pies, postrado totalmente en ti, acudo a ti porque no comprendo ni entiendo los sentimientos que se alojan en este momento de mi vida, me siento triste, desconsolado, meditabundo, solo, incomprendido, aturdido, aburrido, cansado y desorientado.

No sé por qué no he alcanzado el resultado que deseo y anhelo, si ya he logrado lo que tengo a la fecha.

Tengo una pataleta percibo que tengo una manifestación violenta y de poca duración de un disgusto o enfado producido generalmente por un hecho que se percibe como contrariedad.

No me pone atención, se hace lo que ella quiere, las cosas se ejecutan de la forma que indica, estamos a la expectativa de su respuesta.

La emoción de la familia gira entorno a su estado emocional, nuestros ritmos emocionales dependen de su estado de ánimo, las chicas se angustian y quieren dar respuesta a sus necesidades afectivas. Pregunta, Y donde he quedado, en donde he quedado como padre, en donde he quedado como esposo, en donde he quedado como ser, en que me he convertido.

Lleno de miedo, temor y duda, esperando ver y sentir su respuesta, esperando su reacción, esperando que las cosas simplemente sucedan.

Dos eventos, todo estaba bien hasta que se confronto el corte de las cabezas hidrostáticas, me dejo solo, se fue con WU; le he dado el poder de afectar mi estado emocional, le he dado el poder de modificar mi sentimiento. He dejado que afecte mi comportamiento u estado emocional. Segundo evento, me dejo solo, no me ha tratado bien, se ha comportado de la manera que ha querido, no ha hizo las cosas que pienso debería haber hecho, no dice nada, no estoy de acuerdo con su comportamiento, estoy sujeto a sus palabras y a su comportamiento; le he dado el poder para cambiar mi mundo, le he dado el poder de variar mi vida, de oscurecer mi cotidianidad o de iluminar mi cotidianidad, he dejado que mi estado emocional varié conforme a su comportamiento, he permitido que mi alegría o tristeza dependa de su estado emocional.

Te dejo que seas tú mismo, tener tus propios pensamientos, satisfacer tus propios gustos, seguir tus propias indicaciones, comportarte tal como decidas que quieres hacerlo.

Contigo Señor Dios Padre… 26 de septiembre de 2018.



No hay comentarios: